Berasategui confiesa que durante los primeros minutos del confinamiento se quedó en shock, pero poco después comprendió que no era momento para dejarse abatir por las circunstancias, sino de ponerse en marcha. Así que contactó con los equipos de todos sus proyectos, diseñaron nuevas técnicas, nuevos platos y nuevas ideas. “Somos como aquel jugador que después de una lesión, sale al campo a darlo todo”, explica Martín con ese espíritu de lucha que le ha caracterizado siempre.  
Para el cocinero “ha sido una lucha titánica” y luce pecho al aplaudir al equipo que le rodea “el garrote de Martín es el equipo que tiene a izquierda y a derecha, sin él, no sería posible”, destaca.

A continuación, el vasco detalló el paso a paso de seis de los platos que se encuentran actualmente en su menú degustación y que son fruto del confinamiento: Viera en temblor de clorofila de perejil y cebolla; un aperitivo de olivas líquidas con aliño de su marca acompañado de crujiente de pan de oliva negra; yema de huevo con bombón de jugo de albahaca, crema de setas, lámina de lomo ibérico más brotes; lomo de merluza con tartar de calamar y hierba moscada y cordero con salsa de zanahoria, naranja y jengibre, bombón de sesos y molleja salteada. 

A modo de homenaje y reconocimiento, Berasategui, a medida que elaboraba la receta, fue mencionando el nombre de los productores de los ingredientes empleados en la elaboración del plato. “Gracias al esfuerzo de todas estas personas se obtienen productos de calidad como estos”, referenciaba.
Y acabó con un mensaje de ánimo dirigido a los jóvenes cocineros de los que alabó su capacidad de trabajo y apuntó que en “gastronomía todavía hay cosas que están por ver” y que “todos seremos capaces de comernos el mundo”.